
En septiembre de este año se publicó la norma chilena NCh3626:2020 Techos verdes - Terminología, clasificación y requisitos. Para conocer sus principales aspectos entrevistamos a María Loreto Valenzuela, de la empresa ZinCo, que participó en su elaboración.
MARIA LORETO VALENZUELA LEIGHTON
DIRECTORA ZINCO ANDINA
Entrevista realizada por Sra. Julia Standen Rocco, Coordinador Área Estudios e Inversiones Seremi de Desarrollo Social y Familia / Región Metropolitana
Ministerio de Desarrollo Social y Familia
Gobierno de Chile
“El Instituto Nacional de Normalización, INN, es el organismo que tiene a su cargo el estudio y preparación de las normas técnicas a nivel nacional. Es miembro de la INTERNATIONAL ORGANIZATION FOR STANDARDIZATION (ISO) y de la COMISION PANAMERICANA DE NORMAS TECNICAS (COPANT), representando a Chile ante esos organismos.
Esta norma se estudió a través del Comité Técnico CL034 Especialidades de la construcción, Subcomité SC03 Diseño del entorno de la edificación y sustentabilidad, para establecer los términos y definiciones, una clasificación y los requisitos de diseño para techos verdes, incluyendo aquellos relacionados a la sostenibilidad.
Por no existir Norma Internacional, en la elaboración de esta norma se ha tomado en consideración la norma ASTM E2777-20 Standard Guide for Vegetative (Green) Roof Systems, la Norma FLL, 2018 Guidelines for the Planning, Construction and Maintenance of Green Roofs y antecedentes nacionales proporcionados por el Comité Técnico, compuesto por autoridades competentes, productores y representantes del mundo de la ciencia y la tecnología
Esta norma ha sido aprobada por el Consejo del Instituto Nacional de Normalización, en sesión efectuada el 24 de septiembre de 2020.”
La norma al establecer requisitos y orientaciones tanto para el diseño, la ejecución y posterior mantención de techos verdes, presenta un abanico de aspectos relevantes según sea el grado de conocimiento y experiencia de quien la aplique; pero sin duda, será una herramienta poderosa para garantizar la viabilidad, seguridad y sostenibilidad en todas las fases de los proyectos de techos verdes que se implementen en adelante. Sin embargo, a mi juicio los aspectos más relevantes de esta norma - por la urgencia climática que vivimos; por el nivel de desconocimiento de la tecnología de techos verdes en el mercado nacional; y por la escasez de proveedores y profesionales expertos que se dediquen exclusivamente a desarrollar esta tecnología en Chile - son los cuatro siguientes:
1- Sostenibilidad: La similitud estética que tiene un techo verde con un jardín tradicional ha generado la percepción que son sistemas que aportan beneficios ambientales como cualquier área verde y que no tienen mayor complejidad que un jardín sobre terreno natural, lo cual es una percepción errónea de la realidad, ya que precisamente lo que no se ve de un techo verde es la tecnología que está debajo de las plantas, y que cumple funciones tanto para la vegetación como para el edificio que no se perciben al ojo, como es mejorar la aislación térmica, acústica, de escorrentía, de protección a los daños mecánicos, radiación UV, y filtraciones al complejo de techumbre por nombrar algunas. Y esta norma, desmitifica esta percepción menguada, planteando que todo techo verde debería responder al menos a uno o más objetivos de sostenibilidad agrupados en ambientales, sociales y económicos; y que un objetivo transversal, es la restauración del hábitat. Para lo cual el diseño, la ejecución y la mantención del proyecto son todas fases determinantes para que se cumplan estos objetivos durante la vida útil y mantención del techo verde. En la siguiente tabla se presentan algunos objetivos e indicadores para techos verdes, los cuales se describen ampliamente el Anexo A de la norma.
Tabla 1 – Objetivos e indicadores para techos verdes
2- Sustrato o medio de crecimiento: entrega pautas claras de los parámetros, espesores, componentes y calidad que debe tener todo medio de crecimiento o sustrato para que un techo verde alcance el máximo potencial de desempeño ambiental, funcional, y vegetacional, a todo lo largo de su vida útil. Como también maximizar los recursos económicos en las diversas faenas constructivas durante su instalación y mantención.
Una de las mayores barreras para el buen desempeño y ahorro de recursos mencionados, es el desconocimiento de diseñadores, desarrolladores y clientes, de que un sustrato de techo verde debe tener propiedades físico químicas y biológicas distintas a las tradicionales enmiendas (“tierra”) de jardín, mezclas orgánicas, o suelos agrícolas, habitualmente usadas en paisajismo sobre terreno natural. Ingenieros y científicos han investigado, desarrollado y mejorado durante décadas cuales son las mejores mezclas que combinen beneficios para las plantas y edificio simultáneamente. Y como la frecuente consulta que nos hacen profesionales y clientes, es si es posible usar “tierra” - que tiene menor precio de adquisición por m3 - en vez de sustrato de ingeniería, mencionare algunas consecuencias de instalar “tierra” y la importancia de especificar el sustrato adecuado según sea la vegetación a plantar:
2.1- Peso: El terreno natural tiene profundidad y capacidad de carga prácticamente ilimitada, una superficie edificada no. Un sustrato de ingeniería como ©Zincoterra Sedum puede sostener saludablemente variedades de cubresuelos en una delgada capa de hasta 8 cm de espesor con un peso saturado de agua aprox. 112 kg/m2, y un rendimiento de 12,5 m2 de techo verde por cada m3 de sustrato, mientras que con “tierra” se especifica una capa de 20 cm de espesor, con un peso saturado de agua aprox. 300 - 420 kg/m2, y un rendimiento de 5 m2 de techo verde por cada m3 de “tierra”. Las ventajas económicas comparativas solo considerando el volumen que se requieren de cada uno para un mismo propósito, se manifiestan en las necesidades menores de robustez de la estructura de soporte, transporte de material a obra e izado a techo, hora hombre instalación, gastos operativos obra, entre otros.
2.2- Partículas finas: Los edificios requieren evacuar las aguas lluvias de los techos. Por lo tanto, la existencia de un exceso de partículas finas – muy común en las mezclas de “tierra”- pueden obstruir fácilmente el sistema de desagüe por el lavado de la lluvia y la erosión del viento. Pero independiente de los daños que esto podría producir por la inutilización de sumideros y salidas de aguas lluvias, existe otro menos considerado, pero de no menor importancia, que es que, si se aposa agua en cantidades significativas en el techo, la estructura de soporte se puede ver afectada por el peso del agua (considere que un litro de agua pesa un kilo, por lo tanto 10 cm de agua aposada, equivalen a 100 kg/m2 extras de peso)
3- Mantención: los nutrientes están muy controlados en el sustrato, lo suficiente para alimentar a las plantas de tal manera que se desarrollen frugales, pero no en exceso para generar una selva de plantas no deseadas o malezas; a diferencia de la “tierra” que es muy orgánica y fértil. Por otro lado, este mismo alto contenido de material orgánico de la “tierra”, reduce su espesor original al descomponerse, generando la necesidad de reponer esta pérdida, con material extra cada ciertos años. Otra de las características de la “tierra” es que tiende a compactarse, y con esto pierde la capacidad de aireación, impidiendo que las raíces pueden absorber adecuadamente agua, y que puedan vivir colonias de hongos y bacterias tan necesarias para las plantas. Luego, la mantención de un techo verde con “tierra” es mayor, ya que el desmalezado será más seguido y constante, existirá la necesidad de comprar, trasladar izar y esparcir relleno cada cierto tiempo, como también descompactar cuidadosamente para no dañar raíces ni impermeabilización. En cambio, el sustrato de ingeniería, que tiene un espectro controlado de granulometría, abono, sales, pH y otros parámetros, no requiere reposición ni descompactación, y el desmalezado que es menos frecuente desde un principio, tiende a distanciarse en la medida que la cobertura vegetal proyectada crece.
En definitiva, la norma abarca las consideraciones mínimas que debe tener la selección y dosificación de los componentes para los diferentes sustratos que se requieran, según sean los objetivos ambientales y funcionales, drenaje, carga, disponibilidad regional, paisajismo, compatibilidad ambiental, riesgo de fitotoxicidad, resistencia al fuego, logística constructiva, y vida útil del proyecto de techo verde. Entonces no es como comúnmente se piensa, que es suficiente para diseñar un techo verde, especificar una mezcla tradicional de jardín agregándole componentes para alivianarlo y para retención de agua. Cuando lo cierto es que las propiedades a considerar son el contenido de minerales, distribución de tamaño partículas, contenido de materia orgánica, la longevidad y la resistencia a la escarcha, la retención de agua, la permeabilidad y el drenaje, la porosidad y el contenido de aire, el pH, el contenido de sales, la capacidad de intercambio catiónico (CIC), el contenido de nutrientes, la densidad, la profundidad o espesor, el potencial capilar, el uso de materiales que son reciclados o subproductos, el contenido de partes de plantas regenerativas de semillas viables, y el contenido de materias extrañas.
Para comprender el nivel de resultados técnicos que se desprende de la norma, y de porque no es posible generar una sola formula de sustrato que sirva para cualquier tipo de proyecto de techo verde - como si sucede con la mezcla de “tierra” en paisajismo tradicional -, se muestra a continuación, una tabla de comparación entre dos sustratos nuestros para techos verdes de similar espesor y estratos de vegetación.
Tabla 2 – Comparación parámetros fisicoquímicos entre dos sustratos
En la tabla se desprende que, aunque las características del espesor y vegetación son parecidas, los parámetros físico químicos y biológicos son distintos.
4- Barrera antirraíces: el recurrente temor y solicitud de clientes, es que el techo verde no filtre agua o genere humedad al interior del edificio. La verdad, es que la partida responsable de esto, es la impermeabilización. Si el agua se filtra, lo hará en cada lluvia con o sin techo verde; ya que es la impermeabilización la encargada de la estanqueidad en un techo, y no el sistema de techo verde en sí.
Inclusive puede ser que un daño en la impermeabilización, filtre menos durante el episodio de lluvia si existe techo verde encima, a que si no lo hubiera; ya que el techo verde absorbe y retiene bastante agua, antes de que llegue el excedente a la superficie impermeabilizada y escurra por los desagües. Por otro lado, la manta protectora del sistema de techo verde, y el sistema en sí, protegen a la impermeabilización de extremas de temperaturas, tránsito, radiación, perforaciones por herramientas, etc. prolongando la vida útil de la impermeabilización por mucho más tiempo que si permaneciera expuesta o desnuda.
Sin embargo, se debe prever que como las plantas son seres vivos en constante crecimiento; pueden eventualmente perforar la impermeabilización en busca de condiciones más favorables, por ejemplo, si hay escasez hídrica pueden penetrar por pliegues, capilares, traslapos o espacios donde quede agua retenida, y en la medida que crece la raíz “revienta” la impermeabilización; o bien puede alimentarse directamente del carbono que contienen algunas impermeabilizaciones; como también romper la estanqueidad mediante los rizomas que tienen para reproducirse algunas especies, etc.
La norma es clave para generar la conciencia y necesidad que sea un proyectista experto de techos verdes, el que defina el tipo de barrera antirraíz. Ya que son las características de las raíces, y no del follaje o troncos, lo que determina el tipo apropiado de barrera de raíces.
A modo de ejemplo, para un cubresuelo tipo sedum, es suficiente una lámina antirraíz de polietileno de 0,34 mm de grosor traslapada en las uniones (ZinCo Antirraíces WSF 40), ya que sus raíces son cortas y superficiales; a diferencia de un cubresuelo tipo césped, que requiere una lámina antirraíz de poliolefina flexible de 1,10 mm de grosor y termo fusionada en las uniones (ZinCo Antirraíces WSB 100-PO), por sus raíces largas, pivotantes y con rizomas.
Desde mi experiencia, toda acción sustentable – independiente del resultado, tamaño o impacto – nos hace avanzar en la dirección correcta. Esto es una certeza que le da sentido a que cualquier techo verde cuenta, tanto para las personas que lo hacen, como a las personas, flora y fauna que lo usen, habiten y estén en su entorno. Es decir, es conveniente para cualquier proyecto sin desmedro del destino, escala, ubicación y diseño.
Dicho lo anterior, y pensando que las ciudades son las generadoras del cambio climático y al mismo tiempo es en donde los efectos del cambio climático impactan más fuerte, sumado hoy a la urgencia sanitaria y social que sigue este mismo patrón de génesis e influencia, es indudable que los proyectos urbanos son los recomendados como prioridad.
Entendiendo proyectos urbanos en el amplio sentido, estos abarcarían proyectos de edificación, planes de ordenamiento y desarrollo territorial, y también de políticas públicas. Nombrarlos todos sería demasiado extenso, por lo cual mencionare los que me parecen más relevantes por el actual contexto climático, social y salud en que estamos:
“Recomendaciones para las ciudades chilenas frente a la pandemia”: del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, en la cual los techos verdes pueden contribuir al objetivo de “Ciudad Saludable” de manera directa e indirecta en integración e interacción social, calidad de vida, ecosistema estable, alimentos básicos, y medioambiente saludable.
“Plan de Adaptación al Cambio Climáticos para Ciudades 2018 – 2022” (PACC Ciudades): vigente, pero no implementado aún; el cual, de las 35 medidas elaboradas, 10 medidas están relacionadas directamente con normativas vinculantes a la implementación de techos verdes para mejoras a nivel urbano en la captura de carbono, eficiencia energética, biodiversidad, ahorro hídrico, manejo de aguas lluvias entre otras.
Proyectos de edificación con certificación sustentable: LEED©, CES© y CVS®, dependiendo de la certificación y nivel que postulen los proyectos y a las estrategias diseñadas, los techos verdes pueden aportar créditos en las categorías relacionadas con energía, agua, materiales, residuos, ambiente, e innovación.
Colegios y establecimientos educacionales: en donde los techos verdes crearían oportunidades para la instrucción experimental en ecología, ciencia y agricultura, generando las condiciones de ser parte de las mallas curriculares sin barreras y optimizando recursos. Y especialmente en los establecimientos en barrios con deficiencia de áreas verdes y carencia de terrenos sobre suelo natural para proveerlas, los techos verdes son la infraestructura vegetada más conveniente de solución.
Centros de salud y hospitales: está ampliamente demostrado los beneficios de recuperación más rápida y terapéuticos, del contacto directo con la naturaleza en pacientes en convalecencia postoperatoria (Ulrich, 1984); en reducir la presión arterial (Lohr y Pearson-Mims, 2006); aliviar el estrés (Leather et al., 1998); aumentar el estado de ánimo positivo (Maller et al., 2006) y en reducir la fatiga mental (Staats et al., 2003).
Barrios marginales, deprimidos y altamente poblados: en donde las áreas verdes y espacios recreativos normalmente son escasos. Mediante tecnología de techos verdes, se pueden construir canchas deportivas, plazas y jardines, sobre superficies pavimentadas en techos, estacionamientos, y calles.
Cárceles y asilos de enfermos mentales: en donde los techos verdes además de otorgar los beneficios propios de las áreas verdes en personas privadas de libertad, pueden promover un comportamiento menos agresivo y reducir el crimen (Kuo & Sullivan, 2001), pueden contribuir a bajar costos en alimentación, aprender oficios, generar ingresos con la venta de frutas y verduras, etc.
Supermercados y centros comerciales: en donde los techos verdes pueden permitir agricultura urbana mediante huertos para seguridad alimentaria, comida saludable y fuentes de empleo.
Sectores urbanos frecuentemente inundados por lluvias: los techos verdes ralentizan la escorrentía de aguas pluviales y dependiendo del tipo de sistema, pueden incluso almacenar agua para su posterior reutilización. Ambas situaciones, contribuyen a no inundar calles y evitar el colapso de sumideros públicos y privados.
Ciudades con alta contaminación atmosférica: la purificación del aire mediante vegetación también está ampliamente investigado, implementado y demostrada su eficiencia.
A mi juicio, y englobando lo mencionado anteriormente, los beneficios transversales a todas las tipologías y dimensiones de techos verdes, son compensar los impactos ambientales que producen las ciudades, restituir la conexión entre el hombre y la naturaleza; y permitir que otras especies de seres vivos coexistan con nosotros. Es decir, restaurar la salud de las personas y del medio ambiente simultáneamente.
Pero también tiene otros beneficios importantes apropiadas para esta región, que son:
-Disminuir la contaminación: filtra polvo y smog al atrapar partículas finas y minerales del aire, neutralizando la lluvia acida. Captura y reduce la concentración de CO2.
-Mejorar la resiliencia urbana: disminuye los anegamientos e inundaciones por episodios de lluvias y de tormentas, al ralentizar y retener el agua.
-Mejorar clima urbano: disminuye las extremas de temperatura al aumentar la humedad ambiental por evo transpiración, que además es clave para propiciar lluvias. (Reportaje TECHOS VERDES PARA LA BIODIVERSIDAD https://www.zinco-greenroof.cl/noticia/techos-verdes-para-la-biodiversidad)
-Mejorar la calidad de vida: aumenta el índice de áreas verdes y recreativas de comunas y colegios públicos con escasez de terrenos disponibles para habilitarlas.
-Promover la reinserción laboral y nuevos empleos de mano de obra no calificada: genera nuevas empresas de economía circular de reciclados de materiales de construcción y residuos orgánicos para la producción de sustrato; y de agricultura urbana de frutas, verduras y apicultura.
He tenido participación directa en más de 120 proyectos en diversas etapas (diseño, provisión, ejecución y supervisión) y envergaduras (desde 9 m2 a 13.400 m2), de los cuales existen 48 construidos a la fecha, en su mayoría en Chile, pero también en Perú, Colombia y Ecuador. Dentro de los construidos y que considero más exitosos están el Hospital Regional de Rancagua, Sede Indígena de La Unión, Casa Quincho Terehue de Frutillar, Duoc Sede San Andres II de Concepción, Colegio Salvador Allende de El Bosque, y el Edificio Las Condes 6 + 8. Y de los no construidos aun, pero con diseño aprobado, el del Edificio Costanera Center de Providencia.
Los considero exitosos porque son los que más desafíos y aprendizajes nos han entregado, que nos han permitido mejorar como empresa, como también trasmitir a otros que es mejor hacer y no hacer; independiente que todos han contribuido a desarrollar en distintos grados el mercado y el acervo de techos verdes nacional.
El Hospital Regional de Rancagua (2013 – 13.700 m2) es un libro abierto para quienes lo usan y mantienen, que cada día aumenta sus páginas de lo que es bueno y no tan bueno en un techo verde. Con suficientes años y tamaño para experimentar, recopilar información, constatar evolución de la vegetación y desempeño de la tecnología.
La Sede Indígena de La Unión (2018 – 262 m2) nos enseñó que la vegetación por muy pequeña y estresada que este, si se la planta en el sistema tecnológico y sustrato de ingeniería adecuado, no solo sobrevive, sino que además esplende, lo cual recompensa con creces el costo de inversión inicial. Apenas terminada la obra completa, quedo el edificio cerrado, sin uso, sin riego ni mantención alguna por dos años; hasta que fue finalmente inaugurado hace unas semanas atrás… con la grata sorpresa que la vegetación se había desarrollado densamente, cubriendo toda la superficie sin mantención alguna.
El techo verde de la Casa Quincho Terehue de Frutillar (2019 – 370 m2) nos significó mucha investigación, observación y calculo, para determinar el equilibrio justo para lograr plantar un césped que se naturalizara como el entorno, en apenas 6 cm de espesor de medio de crecimiento en las áreas más delgadas y 10 cm en las más gruesas, porque estructuralmente no podía cargar mucho peso. El desafío fue entonces, cumplir con el diseño original del arquitecto y empoderar al contratista local - sin experiencia previa en techos verdes – para que lo instalara como si fuera experto.
En el proyecto del DUOC Campus San Andrés II de Concepción (2012 – 550 m2), el techo verde debía cumplir con una alta exigencia de aislación térmica, y de asegurar que la impermeabilización permaneciera estanca por décadas sin mantención. Estos dos factores que fueron determinantes en su implementación, siguen siendo hoy a los 7 años después, las razones de su éxito, protegiendo y aislando las salas y laboratorios que están debajo.
El proyecto de la Escuela Básica Presidente Salvador Allende Gossens de El Bosque (2012 - 250 m2), es el techo verde que más me da la certeza que cualquier techo verde cuenta y nos hace avanzar en la dirección correcta. La escuela pertenece a una comuna de alta vulnerabilidad social, declarada en invierno como zona saturada, y con apenas 1,5 m2 de áreas verdes por habitante. Sin embargo, la municipalidad, el rector, los alumnos y las empresas que colaboraron en su financiación e instalación, transformaron los precarios techos en oasis de biodiversidad, educación ambiental y confort térmico. Indudablemente es una fuente de inspiración para propulsar en otros establecimientos esta tecnología verde.
El primer techo verde en que participe en la fase completa de diseño, provisión e instalación, fue el del Edificio Nueva Las Condes 6 + 8 (2010 – 470 m2). En ese momento, la experiencia que tenía todo el equipo, incluida yo que lo dirigía, era netamente académica y conceptual. Entonces fue desarrollarlo a mucho error y acierto en el hacer mismo del proyecto. La tecnología en techos verdes no había permeado al mercado, luego prácticamente nadie conocía o tenia cubresuelos sedum, menos lo componentes del sustrato, ni de cuáles eran las características que debían cumplir los sedum para ser visados como apropiados, como tampoco del sistema de riego, etc. Afortunadamente, los arquitectos, constructores e ingenieros del cliente, fueron muy entusiastas y generosos en ayudarnos a resolver cada inconveniente que se nos presentó; y así pudimos llevar a buen término este techo verde, que hasta el día de hoy está verde y funcionando. La gran cantidad de conocimiento y experiencia que adquirimos, fue plasmada deliberadamente para ser compartida públicamente, en protocolos de procesos, charlas de capacitaciones y especificaciones técnicas “hechas en Chile”; que me gusta creer, que ayudo a generar mucho de la técnica nacional en hacer techos verdes que existe hoy.
Indudablemente el techo verde del Edificio Costanera Center en Providencia (2012 /2016 – 18.000 m2) fue emblemático para el desarrollo del mercado de los techos verde en Chile. Mi primera participación fue como licitante de la provisión e instalación del proyecto original. Posteriormente participe en el segundo – y puede ser hasta la última modificación hasta donde yo sé – diseño del techo verde, que no se ha construido por diversas razones del cliente. Ha sido el proyecto más desafiante en todos los aspectos, por el nivel de complejidad de logística que se requiere para intervenir una obra de su tamaño que no está en obra. Por ejemplo, no hay grúas para izar los miles de toneladas de material necesario, sumado a la gestión de permisos, arriendos, protocolos de seguridad y ambientales, entre otros factores, que se requeriría para construirlo sin interferir con el normal funcionamiento de la ciudad y del centro comercial en sí. Gracias a que todos los profesionales y proveedores de todos los servicios y productos que nos hemos involucrado en sus diferentes fases, es que creo que es el proyecto que más a contribuido a producir conocimiento y desarrollo en tecnología de techos verdes en Chile, y talvez en Sud América también.
Hamburgo, en este caso las cubiertas verdes son subvencionadas, asumiendo un papel de liderazgo entre las principales ciudades alemanas y europeas: no menos del 70% de todos los tejados adecuados deben estar cubiertos de vegetación. La ciudad de Hamburgo comenzó a implementar su política sobre techos verdes en 2015, cuando el Ministerio de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Hamburgo asignó recursos para fomentar la construcción de techos verdes en edificios nuevos y renovados.
Los techos verdes son para Hamburgo una medida de construcción (junto con varias medidas de construcción ecológicas) para ayudar a la ciudad a adaptarse al crecimiento de la población y al cambio climático. Para ello, todas las cubiertas verdes para edificios residenciales y no residenciales están subvencionadas través del banco IFB de Hamburgo
Toronto, primera ciudad del Norte de América que ha legislado para incluir cubiertas vegetales en todas sus nuevas construcciones. se está aplicando desde principios de 2010 en todos los edificios de nueva construcción cuya superficie sea superior a 2.000 m2 y cuyo uso sea residencial, comercial o institucional. A partir de 2012 también se aplicará en construcciones industriales. Para lo cual en 2005 se diseñó e implementó desde el gobierno una estrategia que consistía en una serie de iniciativas como la instalación de cubiertas verdes en edificios públicos, un programa piloto de ayudas y subvenciones, una serie de medidas para fomentar la instalación de cubiertas verdes, y publicidad y formación sobre la materia
El caso de Toronto es una constante fuente de inspiración para implementar techos verdes y tecnologías vanguardistas, porque combina subsidios e hipotecas con vivienda de una manera particular. En donde el gobierno federal financia edificaciones que incorporan tecnología de punta para que sirvan de ejemplo y experimentación, propulsando así el mercado y desarrollo nacional de la innovación de última generación; en vez de solo incorporar tecnologías ya existentes en el mercado que tienen desfase de años atrás.
Hasta el año pasado realizábamos capacitaciones en Santiago y Valparaíso de manera regular, en modalidad de diplomado de 60 hrs., curso de 20 hrs., y seminario de 4 a 8 hrs. En regiones y en países andinos a solicitud, impartíamos seminarios de hasta de 1 día. Con la situación actual, no hemos retomado aun, pero ya estamos programando para el próximo año, lo cual publicaremos en nuestra web oportunamente. No hemos realizado este año capacitaciones virtuales, porque creemos que es fundamental traspasar y validar el conocimiento mediante experiencias prácticas. Por ejemplo, en nuestros diplomados los alumnos participan en visita guiada a vivero, diseñan un proyecto en planos, se familiarizan con todos los componentes tecnológicos y vegetales (geotextiles, drenes, sustrato, riego, plantas, y accesorios), y finalmente construyen un techo verde al término. Y en las otras modalidades, los alumnos tienen la posibilidad de tocar y ver en directo muestras de los componentes tecnológicos y de techo verde.
Para más información escribanos a:
ventas@zinco-greenroof.cl o visite nuestro sitio web www.zinco-greenroof.cl
[1] 5.2 Objetivo del techo verde, pág. 9, NCh3626
[1] Tabla 1- Objetivos e indicadores para techos verdes, pág. 10, NCh3626
[1] Ficha técnica Sustrato para Sedum www.zinco-greenroof.cl
[1] Ver 6.9.2. Consideraciones para la selección de los componentes del sustrato, pág. 28, NCh3626
[1] Ver 6.9.4 Propiedades funcionales del sustrato p medio de crecimiento, pág. 29, NCh3626
[1] Elaboración propia, a partir de Fichas Técnicas de ZinCo Andina: Floral y Aromáticas. www.zinco-greenroof.cl
[1] https://cndu.gob.cl/wp-content/uploads/2020/05/Recomendaciones_ciudad_pandemia_2020.pdf
[1] Plan de Adaptación al Cambio Climáticos para Ciudades 2018 – 2022, https://mma.gob.cl/wp-content/uploads/2018/06/Plan-CC-para-Ciudades_aprobado-CMS-ene2018-1.pdf
[1] Valenzuela Leighton, M.L. (2017), “Propuesta Base de Normas Constructivas para Implementar Techos Verdes que Contribuyan a Mitigar el cambio climático en concordancia con las metas y medidas del PANCC”, Tesis Grado Magister Gestión Ambiental Escuela de Ingeniería Universidad Viña del Mar, Chile, pág. 3, https://www.zinco-greenroof.cl/noticia/normas-constructivas-techos-verdes